La ciudad de Caracas ofrece actualmente una gran
diversidad cultural, la cual sólo se puede percibir si se hace un recorrido
exhaustivo por lugares que no necesariamente están de moda, sino que están en
vías de serlo.
Haciendo un recorrido por el Boulevard de Sabana Grande se puede notar que a pesar de ser un lugar muy transitado y popular diariamente por un número incontable de personas no se le da el reconocimiento cultural que ofrece y merece. Antes, ir al boulevard implicaba diligencias y compras. Luego de su reestructuración y remodelación, el Boulevard de Sabana Grande se ha convertido en un espacio de diversidad cultural donde consigues desde ferias musicales, zanqueros, distintos cafés, espacio de recreación para niños hasta arte urbano.
Antiguamente la utilización de los maniquíes se limitaba a ser un gancho para exhibir las prendas que estaban en venta. Eran unicolores, sin cabeza, sin extremidades superiores ni inferiores y sin senos, sólo se limitaban a las medidas estándares de la silueta femenina.
Con el tiempo las características de estos maniquíes
han ido cambiando, se le agregaron extremidades para lograr poses, cabezas y
senos del prototipo de mujer estándar, pero al parecer esta transformación se
ha exagerado un poco, ya que hoy en día puedes ver fácilmente en cualquier
tienda maniquíes con rostros maquillados, cinturas de avispa, senos que pueden
llegar a simular más de 400cc y hasta glúteos de gran tamaño.
La transformación no sólo se limita a cambios en la
fisonomía de la silueta femenina , sino que también se le agregan accesorios
para crear un look completo, como pelucas, tatuajes, pintura de uñas y
maquillaje. Esta tendencia no sólo se aprecia en las tiendas del Boulevard de
Sabana Grande sino que se extiende, en menor escala, por tiendas de centros
comerciales caraqueños.
El concepto de belleza es abstracto y se modifica dependiendo
del ámbito cultural. En Venezuela, el concepto de belleza es una mujer con
curvas, voluptuosa y exótica, concepto que se materializa mediante la figura
del maniquí y que no se adaptaría en un contexto, por ejemplo, europeo u
oriental. El simulacro se hace presente entonces en la trasformación de la
identidad de la mujer en exuberante y voluptuosa, se busca imitar todo aquel
mundo de la cirugía plástica, de hecho muchas mujeres ya son como estos
maniquíes, y las que no, desean serlo.
Esta
representación estética a través de los maniquís parte de la cuarta ley
de Maeda, en donde la materialización del concepto de belleza es lo que compone
la metáfora representada estéticamente. La simplicidad en este caso radica en
la integración de toda una visión cultural de lo que representa la mujer
venezolana: sexual, exuberante y sobre todo latina, en una figura tan simple
como un maniquí.
Una manera de que esta tendencia pueda llegar a
convertirse en moda es trabajando el código para armar una comunicación
eficiente. Mediante la estrategia de la repetición por recursión se logra reforzar la idea de un prototipo de
mujer, ya que el maniquí es una figura que se puede clonar al infinito y estar
en todas las tiendas de Venezuela.
Al cambiar la figura tradicional del maniquí, se
transforma a la vez, la perspectiva de la audiencia a través de un transcódigo que convirtió algo
tan clásico y básico como un objeto para exhibir prendas de vestir, en una red
de códigos que engloba todo lo referido a un estilo que se ha desarrollado a lo
largo de los años y que cada día se hace
más fuerte y evidente en la cultura venezolana.
Análisis por Diana Castro, Ma Alejandra Córdova, Alysson Leal y Jéssica Viloria.